Es
tradición salir el Domingo
de Pascua a
comerse la mona al campo.
Las meriendas de
la Semana
Santa en
nuestros pueblos
se hacían al aire
libre, junto
al río,
junto a una fuente, en diferentes lugares que
nos ofrece la naturaleza.
Comer
la mona y longaniza
de Pascua,
así como volar el cachirulo o
saltar a la comba.
Tampoco
podemos olvidarnos del
rico chocolate que
acompaña
de la típica mona de Pascua.
También
han sido un gran símbolo
de tradición los huevos
de Pascua pintados
de colores. Huevos
cocidos que
antes de comerlos se
debe decir un refrán que
acompaña
la ruptura de la cáscara en la frente de un amigo o
familiar:
“Ací em pica, ací em cou i ací t’esclafe l’ou”.
También
quiero
recordaros este típico
refrán,
a ver si os acordáis: “Domingo de Ramos, el que no estrena no
tiene manos”, y es que era costumbre que l@s niñ@s
fueran con ropa
nueva para
ir a por la mona ese día.
En Cataluña y en otras zonas de la Comunidad Valenciana la mona es un pastel hecho con capas de bizcocho que puede llevar crema quemada,
chocolate, nata o mantequilla.La
decoración se remata con huevos de chocolate, polluelos de fieltro
y plumas de oca teñidas de colores muy vivos.
Es
tradición que el padrino o el abuelo regale la mona al ahijado o a
los nietos. Según
esta,
la mona debe tener tantos huevos como años tiene el niño que la
recibe, y el máximo son doce.
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